por Juan José Estruch Escrivá
Esta quizás sea claramente una de las muestras que mejor ilustran sobre el forzoso abandono de nuestros orígenes y normas contables con el fin de adaptarnos a unas nuevas normas internacionales de contabilidad, que como siempre, van dirigidas a ser implantadas por las grandes empresas, normas que los consumidores y usuarios de la información contable en gran medida no entienden porque no las saben interpretar.
Producto de lo anterior, podemos afirmar que si bien los juristas utilizan latinajos para definir determinados términos y supuestos Jurídicos, los contables (TTMMEE y auditores), ahora también abandonamos algunos términos de nuestra tradición contable para utilizar los habituales de la tradición anglosajona, por ejemplo, hablamos de Activo, Pasivo Circulante y Activo o Pasivo Fijo, para ahora sustituir la expresión circulante por corriente y la de fijo por la de no corriente.
Esto adaptado al castellano, ¿qué significa?
El usuario puede entender por corriente las siguientes definiciones:“Dicho de una semana, de un mes, de un año o de un siglo : Actual o que va transcurriendo”, “ Que está en uso en el momento presente o lo estaba en el momento de que se habla”, “Dicho de una persona: de trato llano y familiar”, etc. Definiciones de la Real Academia Española (RAE):
¡Con lo clara que es la denominación circulante!, es decir, que circula, o la definición de Fijo, es decir, que no se mueve.
Podemos decir pues, que también con respecto a la contabilidad, nuestra lengua castellana ha perdido posiciones frente a la tradición anglosajona, y por si eso fuera poco, además aparecen cosas muy chocantes. Cosas como “el deterioro de los activos y el valor razonable”. Esto si que es para “flipar”, aquí el contable ha de ser además de contable, un artista, un contable creativo, y adaptarse a las NIC, es decir, que ha de aplicar criterios incluso subjetivos, total para que en el momento en el que tengan que pasar una inspección de las de la AEAT, los actuarios se ciñan a los documentos puros y duros y no a estimaciones que razonablemente haya realizado el contable, estimaciones que se basan en cálculos empíricos y que no son de fácil obtención, ya que ese contable tiene que poseer conocimientos en materia de matemáticas financieras (a no ser que sea Titulado Mercantil que sí sabe de ésta materia) , bolsa, jurídicos, etc.
En definitiva, que las empresas para hacer al cien por cien lo que dice la NIC, deben estar dotadas de grandes equipos y departamentos de contabilidad, con gran carga de personal especializado e inversión de horas.
De este modo, es necesario preguntarse, ¿Dónde están los principios de economía?
Desde siempre, por aquello de que los contables y administrativos no son productivos, se ha sostenido que la información económica y contable debe ser rentable para la empresa, el coste de elaboración de esta no debe ser una importante partida en el capítulo de gastos en la cuenta de Pérdidas y Ganancias de la empresa.
Total para preveer en las cuentas anuales posibles sucesos que lo más probable es que no se den.
No es que yo piense que esto no se deba contemplar, pienso que para eso existen otros escenarios y supuestos.
Aquella empresa que lo necesite, que lo aplique, pero otras muchas no deben estar sujetas a estas obligaciones.
Y por último, ¿Quién está dispuesto a pagar lo que valen estos servicios?, resulta chocante que en época de crisis, en lugar de simplificar las cosas y ahorrar costes, nos pongamos más costes y problemas que dificultan nuestro papel profesional en el desarrollo como asesores contables y fiscales de la pequeñas y medianas empresas, la cuales son las que componen mayor peso en nuestra sociedad y por supuesto, tampoco se facilitan las cosas a las empresas, que en definitiva, son las que crean riqueza y hacen mejor esta sociedad.
FELICES FIESTAS DE NAVIDAD Y PRÓSPERO 2016.
