Todos queríamos creer que era coyuntural, pero lo cierto es que todo hace pensar que la inflación ha llegado para quedarse, al menos durante los próximos meses o incluso años. Ante esta evidencia, lo mejor es encontrar estrategias que permitan a tu empresa adaptarse a la nueva situación, para que el entorno de subidas de precios no ponga en peligro la estabilidad y el futuro de tu negocio. Se trata de adaptarse lo más pronto posible pues, si esperas a ver si mejoran las cosas sin hacer nada y al final no es una coyuntura temporal, cuando quieras actuar será demasiado tarde. Para evitar esta situación, hoy recogemos algunos consejos que te pueden ayudar a plantarle cara a la inflación:
Replantéate tus costes
En periodos de crisis los costes superfluos son un lujo que no te puedes permitir si quieres que tu empresa sea sostenible. Analiza qué gastos son estratégicos e ineludibles y de cuáles puedes prescindir sin que se vea afectado el negocio. Cuanto antes identifiques las partidas que puedes recortar y antes ajustes tu estructura de costes más fácil será afrontar un contexto de inflación. Sea cual sea la duración del mismo, el resultado será que contarás con una empresa más rentable y optimizada.
Investiga a tus proveedores
¿Por qué suben sus tarifas? ¿Quiénes son sus proveedores? ¿los hay mejores y más baratos? En momentos como el actual no podemos dejar nada por supuesto. Puede que sea tiempo de investigar a tus proveedores y su competencia y comprobar si son los más adecuados del mercado. Deberás valorar si un cambio se puede traducir en mejores tarifas e incluso puedes aprovechar el momento para establecer acuerdos a medio o largo plazo que garanticen los precios de lo que compras.
Incrementan los precios, pero no de manera indiscriminada
Si me suben el precio yo subo el precio… Ésta puede ser la reacción más lógica e inmediata en un contexto de inflación, pero ni mucho menos la más inteligente. Si analizas minuciosamente tus productos o servicios descubrirás que no todos se ven afectados de la misma manera y por tanto, podrás identificar cuáles puedes subir más y cuáles menos. En cuanto a estrategias de subida de precio, puedes optar por subir los precios de cada producto, según el incremento de los proveedores o en función de la reacción que prevés de tus clientes. Si consideras que tendrá mayor aceptación la subida de unos productos que de otros, puedes buscar un balance que te permita mantener tu margen total sin que la subida de precios sea indiscriminada.
Control del gasto en personal
El gasto en masa salarial suele ser uno de los más elevados de cualquier negocio. En un momento de inflación tus empleados van a demandar una subida de sueldos acorde al incremento de los precios, pero, si aumentas sueldos en esta proporción, tu negocio inevitablemente saldrá perjudicado. Nuestro consejo es apostar por el diálogo y la transparencia. Los trabajadores deben saber que las subidas generalizadas traerían consigo futuros despidos y que, para evitarlo, se pueden buscar maneras de compensar a los empleados, como ligeras reducciones de jornada laboral u otros beneficios no monetarios. En cualquier caso, lo mejor es estudiar caso por caso y, si se ha de subir sueldos, que las mayores subidas sean para los trabajadores más estratégicos y las menores para los más prescindibles.
Financiación a largo plazo
Es fundamental optimizar las finanzas de cualquier empresa endeudada. En un momento de inflación los tipos de interés van a subir y, por tanto, lo más aconsejable es obtener financiación a largo plazo y con tipos fijos. Ésta es la única manera de asegurar que tus costes financieros se mantendrán estables en los próximos años, independientemente de la coyuntura de los precios.
Incrementa las ventas
Puede parecer un imposible, pero lo cierto es que éste debe ser uno de los pilares de tu estrategia empresarial. A pesar de la desaceleración, en estos momentos la demanda todavía es sólida. La clave está en investigar para comprender el comportamiento del consumidor en las actuales circunstancias y ofrecerle productos de mayor valor añadido para que sean menos sensibles al precio. También puede ser un buen momento para analizar los precios de tus productos o servicios. Puedes descubrir que el cliente estaría dispuesto a pagar incluso más. Al reposicionar producto y precio podrás absorber los mayores costes de la inflación dentro de los márgenes empresariales.
Recorta los plazos de cobro
El efecto de la inflación en tu margen empresarial es directamente proporcional al plazo de cobro de tus clientes. Por lo tanto, cuanto mayor será el tiempo en el que te pagarán tus productos o servidos mayores serán tus pérdidas. El valor del dinero hoy es mayor que dentro de dos meses y por tanto también deberías intentar aplazar el pago a proveedores. En resumen, debes mejorar la eficiencia de tu facturación, buscando que el periodo medio de cobro de clientes sea inferior al periodo medio de pago a proveedores. Una buena idea sería buscar estrategias como los descuentos por pronto pago a por volumen de compra.
Invierte en tu pyme
Puede parecer temerario pero lo cierto es que las inversiones son clave para ganarle la batalla a la inflación. Y estas inversiones pueden ser especialmente interesantes si son en tu empresa. Puede ser el momento perfecto para renovar tu empresa e innovar antes de que los precios sean todavía más altos. Si inviertes con cabeza conseguirás aumentar el valor de tu negocio y su productividad, mejorando así tus productos y servicios e incrementando tus beneficios.
Inversión en activos
Una de las estrategias más efectivas para protegerse de la inflación es la inversión en activos, que nos proporcionen cierta rentabilidad, igual o superior al impuesto inflacionario. Entre estas inversiones destaca la inversión inmobiliaria, pues tiende a revalorizarse a medio y largo plazo y en el caso de los alquileres, éstos habitualmente suben cuando lo hacen los precios. Otras formas de inversión en activos son la renta variable, los fondos de renta fija ligados a la inflación, los fondos indexados, las criptomonedas, el oro o los mercados financieros.