La organización es clave para alcanzar el éxito en una empresa. Requiere de un trabajo constante por todas las partes que participan en ella, tanto directivos como empleados. Tanto es así qué, un estudio reciente del sector, asegura que cuando se establecen correctamente las líneas de comunicación entre los departamentos de una misma entidad, es más sencillo identificar las necesidades de la empresa y alcanzar los objetivos.
Si bien es cierto que la organización interna es primordial para incrementar la productividad y disminuir los esfuerzos, la organización externa -de cara a nuestro cliente- es fundamental para cumplir nuestras metas. Los tiempos han evolucionado y ahora todo gira en torno al cliente. Sus preferencias, necesidades e incluso sus quejas y reclamaciones son la base de la actuación comercial. He aquí la aparición del CRM. Pero, ahora bien, ¿qué es un CRM? ¿Por qué es importante trabajar en una empresa con esta herramienta?
“Gestión de las relaciones con el cliente”, así se traduce el significado de CRM (Customer Relationship Management). Este no es más que un software en el que se recogen los datos del cliente, sus procesos, etapas, recursos, calendario, etc. La utilización de este sistema, a día de hoy, se ha convertido en una necesidad para muchas empresas ya que permite gestionar un volumen de datos que cada vez es mayor en las entidades. Sin duda, una herramienta que puede llegar a significar una filosofía empresarial.
Hojas de excell o agendas convencionales son todavía instrumentos que se utilizan en algunas empresas. Desde el Colegio de la empresa te aseguramos que esta forma de proceder no es competitiva y no facilita la generación de nuevas acciones, pero si aun así, no te convencemos, ¡aquí te dejamos algunos de los beneficios que conlleva implantar un CRM en tu empresa!
- Capacidad de centralizar toda la información de los clientes, permitiendo el acceso a todos los empleados y directivos.
- Seguimiento del rendimiento del negocio. Imprescindible para todas las áreas de la entidad.
- Optimización de los procesos y mejora en la comunicación interna y externa.
- Servicio eficiente a los clientes y, con ello, incremento de la fidelidad de los mismos.
- Aumento de la productividad y disminución de los esfuerzos.
- Dirigir estrategias de marketing.