El imparable crecimiento de las empresas de las dos grandes economías mundiales, Estados Unidos y China, ha puesto a la competitividad de las compañías del viejo continente en el punto de mira de de la Comisión Europea. De esta preocupación surge el informe que ha elaborado el expresidente del Banco Central Europeo y ex primer ministro italiano, Mario Draghi, sobre la materia. Un estudio, encargado por la propia Comisión, que confirma que se está perdiendo competitividad en un entorno marcado por la incertidumbre y la innovación constante.

Para responder a esta situación, Draghi, destaca la necesidad de aumentar la competitividad, innovar e incrementar la seguridad. También considera que deberían inyectarse anualmente 800.000 millones de euros en la economía europea, para que ésta se ponga en igualdad de condiciones con sus competidores.

Éstas son solo algunas de las recomendaciones de un informe de más de 400 páginas, de las que hoy recogemos sus cinco principales conclusiones.

  1. Deuda común para financiar las necesidades

Según Mario Draghi, junto con la movilización de la inversión privada, es necesaria una financiación común. Europa necesita movilizar entre 750.000 y 800.000 millones de euros al año para seguir el ritmo de competidores como Estados Unidos y China.

“Para lograr este aumento, sería necesario que el porcentaje de inversión de la UE pasara del 22% del PIB actual a alrededor del 27%, invirtiendo así un declive de varias décadas en la mayoría de las grandes economías de la UE”.

El informe también señala que el endeudamiento conjunto de la UE debería utilizarse regularmente para satisfacer las ambiciones del bloque en materia de transformación digital y ecológica, así como para el necesario impulso de las capacidades de defensa. “La UE debería continuar emitiendo instrumentos de deuda comunes, que se utilizarían para financiar proyectos de inversión conjuntos que aumenten la competitividad y seguridad de la UE”.

  1. Dar rienda suelta al potencial innovador

Europa debe cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China y por ello ha de reorientar urgentemente sus esfuerzos colectivos, en especial en lo que alta tecnología se refiere: “el problema no es que a Europa le falten ideas o ambición, sino que la innovación está bloqueada en la siguiente fase: no conseguimos traducir la innovación en comercialización”, asegura Draghi.

Con el mundo al borde de una revolución de la inteligencia artificial, “Europa no puede permitirse quedarse estancada en las tecnologías e industrias medias del siglo pasado. Debemos dar rienda suelta a nuestro potencial innovador”. Lo que, según este informe, incluye invertir en las capacidades de las personas para que estén a la altura de estas ambiciones.

  1. La industria en el punto de mira

Draghi advierte de la necesidad de que Europa cuente con una estrategia industrial, pero lamenta la incapacidad de los europeos para coordinarse entorno a una. “Hoy en día, las estrategias industriales, como se observa en Estados Unidos y China, combinan múltiples políticas, entre ellas la fiscal, la comercial y la exterior. Debido a su lento y disgregado proceso de elaboración de políticas, la UE es menos capaz de dar una respuesta de este tipo”.

Un ejemplo importante es el de los automóviles, en el que los fabricantes europeos tienen dificultades para competir con los coches chinos, fuertemente subvencionados. Según el informe, es necesario un planteamiento global que abarque todas las fases, desde la producción, a la investigación, la extracción de los datos, la fabricación y el reciclado.

  1. Reforma del proceso europeo

Para reducir la burocracia y hacer eficientes las normas de toma de decisiones, el bloque deberá actuar con mayor rapidez. Según Draghi, “Europa no se coordina allí donde es importante y las normas europeas de toma decisiones no han evolucionado sustancialmente a medida que la UE se ha ido ampliando y el entorno global al que nos enfrentamos se ha vuelto más hostil y complejo”.

Por ello, el italiano propone medidas urgentes y uno de los escollos de Europa es su complejo y lento proceso de elaboración de políticas, que tarda una media de 19 meses en aprobar nuevas leyes y está sujeto a múltiples vetos por el camino. Draghi se pregunta “¿podemos poner en marcha menos actos legislativos pero estar un poco más centrados?”.

  1. El “problema” de Europa con China

En los últimos años Europa ha visto a China como un socio de cooperación, un competidor económico y un rival sistémico y ahora también como una amenaza.

La mayor dependencia de China podría ofrecer una forma más rápida y barata de cumplir los objetivos de descarbonización de Europa, pero la competencia estatal china también supone una amenaza para las industrias de tecnologías limpias y automoción del bloque.

En este sentido, Draghi recomienda a la Unión que analice la situación caso por caso y actúe en consecuencia. “La política comercial ha de ser pragmática, prudente, específica en cada caso y defensiva”, señala el ex primer ministro italiano.

Draghi añade que el bloque debe seguir reduciendo su dependencia económica para aumentar su seguridad interna y advierte de que la UE depende especialmente de un puñado de proveedores de materias primas críticas y tecnología digital.

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