El último consejo de Ministros de 2017 certificó que le gobierno no va a introducir un cambio que, en principio,  la legislación en vigor indicaba que entraba en funcionamiento el 1 de enero de 2018. Así, aunque estaba previsto que el límite de facturación a partir del cual se impide tributar por módulos descendiera desde los 250.000 euros actuales a 150.000  y, en el caso de que el trabajador por cuenta propia facturase a otras empresas, ese tope se moderaba de los 125.000 euros a 75.000, esta medida finalmente no va a entrar en vigor.

Esta moratoria permite que un mayor número de autónomos pueda seguir acogiéndose a este mecanismo de tributación, que implica asumir menos obligaciones formales, y beneficia a cerca de 500.000 autónomos.

Las cifras oficiales apuntan que de los 3,2 millones de autónomos que existen en España, aproximadamente más de 1,6 millones tributan por el sistema de estimación directa, no llegan a 500.000 quienes lo hacen por el sistema de módulos y el resto como sociedades.

La tributación por módulos es un sistema que genera muchas menos cargas administrativas a los trabajadores por cuenta propia en los dos grandes impuestos que han de abonar (IRPF y el IVA). Son contribuyentes que no declaran en función de sus ingresos y gastos reales, sino que lo hacen a partir de variables objetivas como pueden ser los metros cuadrados que ocupa su negocio, el consumo de electricidad o el número de empleados y a partir de esos parámetros se determina la cuota a pagar.

En 2015 la rebaja de la tributación fue una de las medidas que se incluyeron para combatir el fraude fiscal, ya que los inspectores de Hacienda vienen denunciando desde hace tiempo que el sistema de módulos es un importante nicho de fraude fiscal y de facturas falsas.

Entonces ya se decidió excluir del sistema de módulos a las actividades a las que se aplica un tipo de retención del 1%. Quedaron fuera negocios como las carpinterías, cerrajerías y profesionales como los albañiles, fontaneros o pintores.

El umbral de ingresos que se fijó entonces a partir del cual ya no se podría tributar por módulos pasó de 450.000 a 150.000 euros. No obstante, se determinó que hubiese un régimen transitorio en el que el límite para 2016 y 2017 quedaba establecido en 250.000 euros y no sería hasta 2018 cuando bajaría a los 150.000 algo que tampoco sucederá este año.

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