El pasado 1 agosto el Gobierno aprobó un paquete de medias para paliar la crisis energética. Entre ellas, aunque solo como recomendación, el ejecutivo aludía al teletrabajo como método efectivo para conseguir un considerable recorte energético. Desde ese día, muchas han sido las voces que se han alzado tanto a favor como en contra de esta media. Pero, más allá de defensores y detractores, lo cierto es que trabajar en casa tiene innegables pros y contras, según hablemos de empresas o empleados, en lo que al ahorro energía se refiere.
Beneficios para el medio ambiente
Es indudable que trabajar en casa supone una disminución de la emisión de gases contaminantes de efecto invernadero, pues se elimina el excesivo consumo de combustibles que supone el transporte individual de los trabajadores a sus lugares de trabajo. Del mismo modo, la disminución del consumo de energía en las grandes empresas tiene un efecto positivo en nuestro entorno, pero no hay que olvidar que ese consumo se deriva a los hogares de los empleados.
Ahorro para las empresas
El teletrabajo es, sin duda, una oportunidad nada desdeñable para la reducción de costes por parte de las empresas. De hecho, gigantes tecnológicos como Amazon han comenzado a cancelar la construcción de nuevas instalaciones, apostando porque gran parte de sus trabajadores realicen su labor en sus hogares. Y es que, si las cifras mandan, éstas no dejan lugar a las dudas: según los cálculos de Global Workplace Analytics, las empresas podrían ahorrar cerca de 10.000 euros por empleado y año si éstos trabajaran de forma remota el 50% de su tiempo (se ha tenido en cuenta la productividad, los costes inmobiliarios más bajos, la reducción del ausentismo y la rotación). Fexjobs también asegura que las empresas de EEUU ahorraron más de 30 millones de euros todos los días durante la pandemia, cuando sus empleados trabajaban en casa e IBN, por ejemplo, redujo sus costes inmobiliarios en 50 millones de euros.
En cuanto al ahorro en energía, Magnet subraya que algunas regiones de EEUU, como Utah, experimentaron que, reduciendo solo un día la presencia de sus empleados en las instalaciones de la empresa, se ahorraba hasta dos millones de euros, solo en la factura de la luz. Pero este importante recorte se produce solo cuando todos los trabajadores están teletrabajando pues, si parte de los empleados continúan en la oficina, la mayor parte del gasto en luz o en climatización se mantendrá muy similar a cuando toda la plantilla está en su puesto de trabajo.
El coste en instalaciones tampoco es nada desdeñable pues se estima que se sitúa alrededor de los 17.000 euros por trabajador y año.
También tiene un impacto muy positivo en la cuenta de resultados de las empresas el descenso del ausentismo y la mayor capacidad de retener empleados derivada del teletrabajo. Ambos casos se traducen en un aumento de la rentabilidad de la compañía.
Impacto del teletrabajo en los empleados
Si hablamos de gasto energético asociado al teletrabajo, es obvio que las empresas se van a beneficiar de un ahorro, más o menos importante, en lo que a luz o climatización se refiere. Pero este recorte del presupuesto dedicado a la energía de la empresa se traduce en un incremento del gasto para el empleado que trabaja en casa. Al estar más horas en su hogar, trabajando frente al ordenador, se incrementará su factura de la luz, agua y gas.
Para minimizar al máximo estos incrementos de gasto en energía hay algunas pautas que nos pueden ayudar:
- Aprovechar la luz del sol. Intenta trabajar el mayor tiempo posible a las horas del día de más luz natural. Además, deberás ubicar el despacho en la habitación de la casa que más horas reciba la luz solar.
- Horario estricto. Al trabajar en casa muchas veces pasamos delante del ordenador muchas más horas de las que estaríamos en la oficina, lo que se traduce en un mayor gasto energético. Para evitarlo, es fundamental marcarte un horario similar al que realizas habitualmente en tu puesto de trabajo y que no lo extiendas más allá de las 8 horas. También es aconsejable que separes la zona de trabajo de las de ocio, pues en caso contrario tendrás más distracciones, disminuirá tu productividad y acabarás sentado delante del ordenador muchas más horas.
- Temperatura confortable. Mantener una temperatura de confort es vital no solo para estar cómodos sino también para rendir al máximo y ahorrar energía. La temperatura más aconsejable es de 20 a 22 grados en invierno y en torno a los 25 en verano. Por otra parte, no siempre es necesario recurrir al aire acondicionado o las calefacciones. En otoño y primavera, muchas veces basta con recurrir a las corrientes de aire natural que se crean al abrir las ventanas, cuando la temperatura es templada o a una prenda un poco más abrigada, cuando refresca pero todavía no hace mucho frío.
- Aparatos de alta eficiencia energética. Las bombillas LED o de bajo consumo y los aparatos de alta eficiencia energética pueden ser un poco más caros pero suponen un importante ahorro eléctrico a medio y largo plazo. Se trata de una inversión con un retorno muy positivo, casi inmediato.
- Factura a tu medida. Es aconsejable analizar tus horarios de trabajo o comidas para poder contratar la tarifa que más te convenga. Las empresas distribuidoras de la luz cuentan con tarifas diferentes de discriminación horaria que se pueden adaptar a tus hábitos, evitando así un gran aumento del gasto energético derivado del teletrabajo.
Si bien trabajar en casa supone un incremento innegable del gasto en luz, agua o gas, no es menos cierto que el trabajador también se podrá beneficiar de un importante ahorro en combustible o transporte público, pues ya no debe desplazarse a las instalaciones de su empresa. Un beneficio especialmente significativo en un momento en el que la inflación afecta muy especialmente a la gasolina y el gasoil.