Con los precios de la energía disparados y las contabilidades de millones de pymes asfixiadas por el incremento desorbitado de sus gastos fijos, conseguir ahorrar en energía se ha convertido en el mayor reto a corto plazo para cualquier empresario. El futuro de miles de pequeñas o medianas empresas depende da dar con la fórmula que les permita producir lo mismo consumiendo menos energía. Un objetivo que, aunque puede parecer irreal, es perfectamente asumible. De hecho, según el último estudio de consumos energéticos de Endesa, las empresas podrían ahorrar hasta uno de cada cuatro euros de los que gastan en consumo energético sin que su producción se viera afectada. La clave para conseguirlo, según este informe, es la implementación de mediadas de eficiencia. Medidas que, asegura, solo existen en apenas un 18% de las empresas españolas. Revisar los sistemas energéticos y detectar sus ineficiencias es fundamental, pero existen muchas otras medidas con las que se podría ahorrar hasta un 20% del consumo energético de cualquier pyme.
Auditoría energética
Cada empresa es distinta y, por tanto, necesita que un experto en energía realice un minucioso informe de nuestra empresa y nos aconseje qué hacer, en nuestro caso concreto, para ser lo más eficientes posible y así aumentar el ahorro. Una auditoría energética delimitará perfectamente nuestros puntos débiles en materia de ahorro energético y las medidas a tomar para conseguir esa eficiencia. Saber cómo, cuándo y dónde consume tu empresa puede ahorrar hasta un 30% en costes energéticos. Además, las compañías auditoras también nos pueden aconsejar sobre subvenciones o ayudas al fomento del ahorro en energía.
Formar y concienciar
El ahorro energético pasa obligatoriamente por conseguir que tus trabajadores hagan suya la cultura del ahorro energético. Reuniones, cursos o charlas formativas sobre el uso racional de la energía son fundamentales para conseguir su implicación activa en un objetivo que no solo beneficia a la empresa, sino al planeta y a ellos mismos.
Revisión de la climatización
Debemos revisar los aparatos para comprobar que funcionan correcta y eficientemente y en el caso de no ser así, sustituirlos. Aunque supone una inversión inicial, a largo plazo se traducirá en un importante ahorro en energía y mantenimiento. Es importante también utilizar los sistemas de climatización de manera correcta. Independientemente de la estación del año, la temperatura debe oscilar entre los 22 y los 24 grados. La diferencia entre un aire acondicionado a 22 grados uno a 26 puede suponer un consumo añadido de hasta el 30%.
Combatir el consumo fantasma
A pesar de estar apagados, algunos aparatos siguen consumiendo electricidad mientras están conectados a la red eléctrica, pues su trasformador interno (es el caso de los ordenadores) genera gasto energético siempre que esté enchufado. Otros aparatos eléctricos ni siquiera se apagan del todo y los mantenemos en stand by con un piloto luminoso durante todo el tiempo que pasan inactivos. Esto supone un gasto fantasma anual de unos 7,5 euros por ordenador.
Aprovecha la luz natural
Distribuyendo las áreas de trabajo en lugares próximos a ventanas o claraboyas conseguiremos trabajar durante más horas iluminados por la luz natural y sin necesidad de grandes consumos eléctricos. Y para aprovechar al máximo esta luz natural nada mejor que decorar tu oficina en colores claros (tanto los muebles como, sobre todo, las paredes). Esta tonalidad refleja mejor la luz creando ambientes más luminosos.
Revisa tus cerramientos
Una ventana o puerta que no cierra bien puede convertirse en una manera como otra de tirar el dinero. Para evitarlo revisa tus cerramientos y si es necesario cambiarlos asegúrate de que los nuevos aíslan tu oficina totalmente. Existen multitud de aislamientos como el climalit, que disminuyen al máximo la transmisión de calor o frío entre el interior y el exterior.
Apuesta por la tecnología LED
Sustituir las antiguas lámparas convencionales por tecnología LED puede llegar a ahorrar hasta un 80% del consumo energético en iluminación. Además, este tipo de tecnología aumenta la durabilidad, eficiencia y resistencia de las luces y lámparas, lo que se traduce en ahorros inmediatos en la factura eléctrica.
Optimiza la tarifa de electricidad y gas
Es necesario realizar análisis cualitativos y cuantitativos de las facturas de tu compañía de gas o electricidad. Se trata de encontrar la compañía que ofrezca mejores tarifas energéticas, al tiempo que garantice los mejores servicios. Además, es fundamental revisar la potencia contratada. No debe ser ni superior ni inferior a la que necesitas para mantener tu actividad. Se trata de no pagar más de lo que necesitas, pero tampoco arriesgarte a que el déficit de potencia interrumpa tu actividad.
Modo “ahorro energía”
Es habitual en cualquier oficina ver equipos informáticos encendidos, aunque no se estén utilizando. Fomentar entre los trabajadores la costumbre de utilizar el modo ahorro de energía en sus equipos o que configuren su ordenador para reducir el tiempo de espera de apagado de las pantallas y del sistema puede traducirse en un sensible ahorro energético.
Interruptores con sensores o temporizadores
Contar con una instalación eléctrica dotada de interruptores con sensores de movimiento o temporizadores te permitirá ahorrar entre un 10 y un 20% de energía. Estos sistemas son especialmente beneficiosos en espacios donde la presencia de personas no es constante, como pasillos, baños o garajes. También puede ser muy útil instalar interruptores por áreas funcionales. Esto evitará tener que iluminar toda la estancia cuando solo necesitas luz en una zona concreta de trabajo.
Equipos de calificación A
Si tienes que renovar los equipos de tu oficina, te aconsejamos que optes por aquellos que cuenten con la etiqueta energética de calificación A. Estos equipos pueden ofrecer hasta un 55% de ahorro de energía para tu empresa.
Y, por último, no deberíamos olvidar que el ahorro de energía no solo es beneficioso para las cuentas de tu empresa, también es una de las formas más efectivas de luchar contra el cambio climático, proteger el planeta y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.