Aunque tanto el renting como el leasing son fórmulas usadas desde hace décadas por empresas y autónomos, lo cierto es que todavía existen muchas dudas sobre sus diferencias y ventajas o por cuál decantarnos. Las dos opciones permiten a los profesionales disponer de activos que necesitan para ejercer su actividad sin un gran desembolso monetario, pero para poder elegir una u otra es imprescindible tener en cuenta el tipo y naturaleza del negocio, las diferencias fiscales o las características propias de cada una de estas formas de contratación. En este post profundizaremos en todo ello, comenzando por aclarar qué es el renting y qué es el leasing.
¿En qué consiste el renting?
El renting es un contratado de alquiler, que en este caso está ligado a bienes muebles. Muchos autónomos o empresas necesitan un vehículo o una flota de vehículos, pero la compra de los mismos supone un gran desembolso de dinero, en un bien que se deprecia rápidamente y que, además, necesita mantenimiento. El renting ofrece la posibilidad de alquilar estos vehículos (o cualquier otro bien mueble como ordenadores o maquinaria). El autónomo paga una cuota por el alquiler del bien y cuando finaliza el plazo contratado puede ampliarlo o celebrar un nuevo contrato y contar así con un bien totalmente nuevo. Esta fórmula no da la opción de compra, pero permite disfrutar de un vehículo nuevo con todos los gastos incluidos: seguro, mantenimiento, reparaciones…
Ventajas e inconvenientes del renting
Supone un importante alivio de caja, pues no se requiere de grandes inversiones iniciales y además, se trata de un gasto fácil de contabilizar y controlar. Por otra parte, las cuotas se pueden deducir en el Impuesto de Sociedades o en el IRPF (según corresponda), al igual que el IVA. Al 100% si el vehículo está vinculado totalmente con la actividad del negocio y al 50% si no es así. Al ser bienes que no has sido adquiridos, no figuran en el balance de activos ni tampoco en el de deudas, por tanto, no afectan al ratio de endeudamiento.
Por último, el renting supone una preocupación menos para el empresario ya que no deberá estar pendiente de seguros, reparaciones etc.
Entre los inconvenientes del renting cabe destacar que puede requerir una fianza al inicio del contrato y la cancelación anticipada, aunque está permitida, puede suponer una penalización.
¿Qué es el leasing?
Es también un alquiler del bien mueble pero, en este caso, sí que tienes la opción de comprarlo al finalizar el contrato. Esta fórmula está orientada al largo plazo, pero el contrato es similar: una cuota mensual sin entrada, que te permite disfrutar de vehículo nuevo durante el tiempo estipulado. Al finalizar el contrato tienes tres opciones: quedártelo a cambio del pago de la última cuota (valor residual); cambiarlo por otro nuevo o devolverlo a la compañía.
Ventajas e inconvenientes del leasing
Los intereses del leasing suelen ser más altos que los de los préstamos tradicionales pero a cambio cuenta con importantes beneficios. Permite financiar el 100% de la inversión; incluye todos los gastos asociados y ofrece importantes ventajas fiscales. Con el leasing, al igual que el renting, puedes deducir el IVA de las cuotas, si el vehículo esta vinculado a tu negocio de forma íntegra y el 50%, si le das un uso mixto. Este tipo de operaciones no forman parte del riesgo comercial financiero a efectos de pedir dinero a los bancos, porque mientras el contrato está en vigor, no ha sido comprado. Pero, la principal ventaja del leasing es la posibilidad de amortización acelerada. Lo que te permite compensar los beneficios que la empresa ha declarado.
Entre los inconvenientes de esta fórmula cabe destacar que, si no se avisa antes del pago de la última cuota de la decisión de quedarse o no con el bien al final del contrato, habrá que adquirirlo obligatoriamente. Por otra parte, como el precio de venta se pacta años antes de que ésta se produzca, puede darse el caso de que el bien tenga un coste superior al real del mercado en el momento de la compra.
Diferencias ente el renting y el leasing
- Coste mensual. En el caso del renting la cuota mensual viene determinada por el valor de mercado del bien al inicio y al fin del contrato y su grado de utilización. En el leasing el coste mensual se determina aplicando un tipo de interés al coste del bien pendiente de recuperar en cada momento. Además si el renting es un contrato a corto o medio plazo el leasing está pensado para el medio o largo plazo.
- Opción de compra. Aunque esta opción podría aparecer en el contrato de un renting, no es obligatorio. En cambio, el contrato de leasing siempre debe ofrecer la posibilidad de adquirir el bien al final del período pactado y establecer de antemano el precio que habrá que pagar por él.
- Tipo de bienes. Mientras que el renting recae específicamente sobre bienes muebles, el leasing puede hacerlo tanto sobre bienes muebles como inmuebles.
- Contrato. Si optamos por el renting cualquiera de las partes puede rescindir el contrato de forma unilateral antes de llegar al fin del plazo previsto, pero en el caso del leasing ambas partes quedan obligadas a respetar el contrato y las obligaciones derivadas del mismo hasta el final del período pactado.
Como ves, tanto el renting como el leasing tienen ventajas e inconvenientes y nos permiten disponer de vehículos u otros bienes, de forma cómoda y sin grandes desembolsos de dinero. Pero, nuestro consejo es que estudies minuciosamente cuál se adepta mejor a las necesidades de tu negocio o cuál te ofrece mayores beneficios fiscales, según tu actividad, antes de decidirte por una de las dos fórmulas.