La salud mental de tus empleados, el mejor garante de su productividad

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada euro invertido en salud laboral en el trabajo genera cuatro euros en mejora de esa salud y en productividad. La salud mental de la  plantilla está estrechamente relacionada con los resultados económicos, la gestión de los conflictos y el éxito de cualquier compañía, pues los problemas psicológicos generan costes significativos relacionados con el absentismo, la rotación de personal o los gastos en atención médica. Por tanto, implementar en tu organización medidas que fomenten la salud mental de tus colaboradores, no solo beneficia a éstos sino que es fundamental para conseguir un equipo fuerte y cohesionado, fomentar el sentimiento de pertenencia y el compromiso de cada uno de los miembros de la empresa y aumentar la productividad en el lugar de trabajo.

El liderazgo autoritario, que se basa en la imposición por el mero hecho de tener el poder y estar por encima en la jerarquía ya no tiene cabida en la empresa. Los líderes actuales han de ser cercanos e inclusivos, que escuchen, reconozcan el esfuerzo, den autonomía y confianza a sus empleados y valoren la diversidad, buscando un equilibrio entre la salud mental y el trabajo. De hecho, el liderazgo se convierte en una de las bases del bienestar de los trabajadores y de su productividad. Por elevada que sea su nómina o numerosas las prestaciones que se les ofrezcan, si un empleado no se siente escuchado y valorado por sus superiores, difícilmente encontrará el equilibrio psicológico para rendir al máximo. En este sentido, fijar unos objetivos y expectativas realistas y razonables es vital para no sobrecargar a tus empleados y generar en ellos un estrés que puede llegar a bloquearlos.

Otro punto vital para conseguir un liderazgo sólido, que contribuya a la buena salud mental de los trabajadores, es la capacidad de reconocer y valorar su labor. Si quieres tener una plantilla motivada, valora el trabajo, valora a cada persona y destaca cada uno de sus logros.

Los empleados deben saber qué es lo que esperas de ellos y cuáles son sus posibilidades de desarrollo dentro de la empresa. Por otra parte, la comunicación ha de ser en ambos sentidos. Es importante que tus trabajadores tengan toda la información que afecta a su trabajo y a la empresa en general, pero también es vital que aquellos que ocupan los lugares más altos de la jerarquía sepan escuchar de forma activa a cada persona de la organización. No solo se trata de escuchar, sino de intentar comprender lo que te están diciendo y empatizar con aquél que te está transmitiendo algo que para él es importante. Intenta no distraerte, coger el teléfono, mirar el ordenador o ir con prisa. Un empleado que se siente escuchado también se siente valorado y comprometido con la organización.

Muy relacionado con el punto anterior, un empleado que tiene toda la información que necesita y que cuenta con un canal de comunicación fluida con sus superiores, es perfectamente capaz de ser autónomo en su trabajo. De hecho, esta autonomía es uno de los elementos fundamentales para generar bienestar psicológico en tu plantilla. Todos, del primero al último de los colaboradores de la organización, necesitan sentirse autónomos en su labor, pues les hace sentir capaces y valorados e impulsa sus habilidades y autoestima.

Los miembros de una organización no deben ser competidores u oponentes que buscan el éxito y la promoción propia en detrimento de sus compañeros. Todo lo contrario, el objetivo común de todos ellos ha de ser el crecimiento conjunto y el de la propia empresa. Si los líderes promueven la cooperación y median en los conflictos, el sentimiento de equipo y la cohesión del mismo aumentará, se conseguirán los objetivos comunes y se garantizará la estabilidad y salud mental de todos los miembros de la empresa.

Cuidar la individualidad de cada uno de los colaboradores de una empresa es fundamental, pero también es clave establecer un propósito común que aúne todas esas individualidades. Un equipo con un claro objetivo conjunto es un equipo mucho más cohesionado y feliz. De hecho, numerosos estudios sobre la felicidad concluyen que aquellas personas con más nivel de bienestar son las que cuentan con un sentido o propósito que les guía.

La educación y sensibilización sobre salud mental de toda la plantilla es una de las claves para anticiparnos y prevenir futuros problemas. Esta formación es especialmente necesaria en los altos cargos de la empresa para que ellos puedan identificar y abordar de manera efectiva el estrés y las consecuencias psicológicas que éste puede tener en los miembros del equipo. También es muy recomendable ofrecer programas de formación para todos y cada uno de los miembros de la organización, con el objetivo de concienciarlos sobre la importancia de la salud mental y ayudarlos a saber gestionar el estrés provocado por las exigencias del ámbito laboral. Estos programas y políticas de salud mental deben ser evaluados de manera continua, para comprobar si son efectivos y dan respuesta a las necesidades de los empleados.

Cuidar la salud física y mental de tu equipo es fundamental. Puedes hacerlo ofreciéndoles seguros de salud o programas de bienestar físico y emocional. También es muy recomendable ofrecer a tus trabajadores la posibilidad de realizar descansos activos en la propia empresa, como sesiones de yoga, mindfulness o entrenamiento, pues este tipo de acciones palian los efectos del estrés y mejoran la salud física y mental.

En resumen, la promoción de la salud mental en una organización reporta grandes beneficios a la empresa. Se traduce en una plantilla más productiva, comprometida y saludable y en una reducción de los costos asociados a la disminución de esa productividad, a las bajas por enfermedad o a la rotación de personal.