Tener una idea de negocio, capital para ponerlo en marcha, ser emprendedor, valiente, creativo… Éstas son algunas de las premisas básicas de todo aquel que quiere emprender, pero no son suficientes. Si quieres que tu proyecto de empresa sea un éxito, hay algunos conceptos financieros básicos que debes dominar. No es necesario ser un experto en financias o administración de empresas, pero tener cierta formación en estas materias es muy necesario. Un emprendedor, al menos, debe dominar los conocimientos básicos para realizar las gestiones habituales de su futura empresa, si no quiere incurrir en graves problemas a la hora de afrontar los pagos o los impuestos, negociar las fuentes de financiación o su cuenta de resultados.

A continuación recopilamos algunos de esos términos básicos que un emprendedor debería controlar antes de poner en marcha su proyecto empresarial.

Activos

Son todos los recursos con los que cuenta una empresa para operar, desarrollarse y generar ingresos y ganancias. Puede hacer referencia tanto a bienes materiales como inmateriales. Hablamos del dinero en caja y en los bancos, productos (terminados, a medio hacer y materia prima), dinero que deben los clientes, muebles de oficina, suministros adquiridos, marca comercial, derechos de autor o gastos pagados por anticipado.

Pasivo

Se refiere a las obligaciones que una empresa o emprendedor ha adquirido con terceras partes, como empleados, proveedores o impuestos. La deuda acumulada necesaria para poner en marcha un negocio, crecer y mantenerse. Es decir, lo que debes tanto a corto como a largo plazo. Pueden ser préstamos bancarios, deudas de tarjetas de crédito o sumas adeudadas.

Capital

Tendemos a creer que el capital se refiere exclusivamente al dinero con el que se inicia una empresa o a todo el dinero que entra en una empresa pero, de hecho, este dinero es un activo, no capital. El capital es el patrimonio del emprendedor y está conformado por el capital con el que inició su proyecto sumado a todas las ganancias y pérdidas acumuladas.

Circulante

Este concepto engloba todas las necesidades a las que una empresa debe hacer frente para poder continuar funcionando. También denominado liquidez, hace referencia al dinero con el que se cuenta para pagar a proveedores, empleados, alquileres y todo tipo de facturas.

Cash-Flow o tesorería

Es el resultado de restar los pagos a los cobros. O lo que es lo mismo, el dinero neto que posee una empresa. Debería ser sometido periódicamente a procesos de control y saneamiento.

Colchón de tesorería

Toda empresa debería disponer de un depósito de dinero mínimo para hacer frente a los gastos fijos de su actividad, al menos, durante 18 meses. Este colchón de tesorería le permitiría afrontar cualquier contingencia o dificultad inesperada, hasta poder solucionarla.

Gastos

En este concepto se incluyen todas las salidas de dinero que debe hacer una empresa cada mes para operar. Incluye los servicios básicos, la renta, los salarios, la publicidad, etc. Si un emprendedor quiere mantener a flote su empresa debería mantener estos gastos bajo control e intentar reducirlos en todo lo posible, para poder incrementar los beneficios.

Costos

Muchas veces se tiende a pensar que gastos y costos es lo mismo, pero no es así. Los gastos se refieren a la operación de la empresa de manera global, mientras que los costos están directamente relacionados con el producto o servicio que se vende.

Los costos suelen variar, pues se ven afectados por factores exógenos como el precio de las materias primas, la mano de obra, la logística o el tipo de cambio. Incluso las circunstancias económicas influyen en el poder adquisitivo de los clientes y por tanto, en su capacidad para pagar el precio prefijado. De este modo, el control de los costos y un ajuste de precios, que garantice los márgenes de ganancia, es clave para no operar bajo pérdidas.

Acreedores

Son las personas físicas o jurídicas con las que se contrae una deuda de pago por la contratación de un servicio o la adquisición de un producto. Entre los acreedores más comunes están los bancos que nos concedieron los diferentes préstamos, así como los proveedores, Hacienda o la Seguridad Social.

Margen bruto

Representa el porcentaje de los ingresos por ventas totales que una empresa mantiene después de restar el costo de producción de sus bienes o servicios. Revela el volumen de beneficios que se deriva de una actividad empresarial. Por tanto, cuanto mayor sea este margen más exitosa será la actividad empresarial.

Punto de equilibrio

Es el primer objetivo a cumplir por todo emprendedor. Sería un estadio de desarrollo de una empresa en el que los ingresos de la actividad profesional ya sirven para compensar los gastos en que se incurre.

Ratio de liquidez

Es un indicador da la capacidad financiera que se posee en un periodo de tiempo determinado. Responde a la capacidad que tiene un emprendedor para convertir en dinero sus activos y facturas pendientes de cobro.

Retorno de la inversión

Otro concepto fundamental a la hora de garantizar la viabilidad de una empresa es saber el tiempo que necesitará un emprendedor para recuperar la inversión realizada en dicho proyecto empresarial. Se trata de una cálculo imprescindible para la adquisición de un activo y es la única forma de controlar la inversión y la situación financiera de la empresa a largo plazo.

Utilidad neta o pérdida

Es tan sencillo como contestar a la pregunta: al final de toda la actividad y operaciones que realizaste, ¿ganaste o perdiste? Un registro exacto de cada entrada y salida de dinero te ayudará a conocer la respuesta a esta pregunta pero, si el resultado da pérdidas contantes, algo no está funcionando y urge encontrar la solución.

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